Sí. Ahora el chupete lo lleva mamá.
No lo usa mamá (a veces apetece eh), pero sí lo transporta a todas partes. Es algo de lo que me di cuenta el otro día y quiero contártelo.
Antes, cuando Gael no se movía de un lado para el otro como una lagartijilla, llevaba su chupete con su cadena, sin ningún problema. El chupete solo se ensuciaba si se me caía al suelo, o si él tiraba fuerte de él, cuando ya era más grande.
Ahora, el chupete tengo que llevarlo siempre yo prendido a la ropa, porque sino él va arrastrándolo por el suelo, entrando en contacto con todos los microorganismos existentes en la ciudad. No soy una madre extremadamente cuidadosa con la higiene, ni me gusta estar esterilizando continuamente biberones o chupetes, pero a esta edad la cosa cambia. Y yo adquiero un nuevo complemento muy “a la moda”.
Digo esto, porque el otro día me sorprendí saliendo a la calle con el chupete colgando de mi camiseta, dándome cuenta de ello pasados unos cuántos minutos, unas cuántas calles y unas cuántas caras de sorpresa después. Parece que la gente no está acostumbrada a ver a una mujer con chupete, no sé por qué les parece extraño.
Yo no encuentro una solución mejor a convertirme, además de mis otras miles de funciones, en la portachupetes oficial. Porque si mi pollito requiere su chupete, más me vale tenerlo a mano, sobre todo si tiene sueño. Además, a mí me gusta llevar su chupete porque no lo tiene tan a mano como si lo lleva él, usándolo menos y reduciendo poco a poco su dependencia al chupete, que por suerte no es extrema.
¿Y tú? ¿Eres la portachupetes oficial de tu bebé?