Los efectos de la música en el desarrollo cerebral del bebé

En los últimos años, la música ha sido considerada un elemento realmente importante en el desarrollo global del bebé.

No solo estimula el área cognitiva, sino que a través de la sensorialidad que trabajan al tocar los instrumentos, la percepción de los diferentes sonidos a nivel auditivo y el movimiento al no poder dejar de mover esos piececitos bailongos, estamos aportando a esa madurez cerebral una gran cantidad de información de manera lúdica e inconsciente.

La música se aprende sintiéndola. La piel es considerada el elemento más directo de comunicación desde los primeros momentos de vida de un bebé y entonces, ¿por qué no aprovecharla para aprender? Dejémosle tocar, palpar, moverse, experimentar los diferentes sonidos que tenemos a nuestro alcance en nuestra rutina diaria. Dejemos que sientan y que vivan la música expresando sus emociones corporalmente, su cuerpo va a ser el espejo de su estado de ánimo y la música, se va a convertir en ese canal que nos dejará ver ese reflejo.

Desde el vientre materno los bebés ya están escuchando música, y no hablo solo de sonido que les llega del exterior. Es cierto que desde aproximadamente la 15º semana de gestación los bebés ya han comenzado a desarrollar el sentido del oído. Pueden escuchar un tipo de música con la que la mamá se sienta tranquila y eso hace que el bebé lo asimile como sensación de placer, pero dentro del útero ya están sintiendo la música: el pulso de los latidos del corazón de mamá, la respiración, el sonido continuo del líquido amniótico…

Por todo esto, vamos a cantarle a nuestro bebé, juguemos a hacer sonar todo lo que se nos ocurra, cojámoslo en brazos y vamos a bailar con él esa canción que tantos buenos recuerdos nos trae. Disfrutemos de la música para que ellos desarrollen su inteligencia, la memoria, el razonamiento y dejen vía libre a sus emociones para ser expresadas al exterior, bailándolas.

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