Este es un truco que a mí me funcionó con mi pollito, así que lo comparto contigo a ver si se repiten los resultados.
Desde pequeñín a Gael le gustaban las verduras y comía su papilla con muchas ganas, hasta que quiso comenzar a masticar… ¡le encanta! De hecho, con solo 13 meses ya tiene 2 muelas y 8 dientes.
No quiere comer más papilla desde hace ya más de 1 mes y hemos pasado a la comida cortada en trozos muy pequeñitos, evitando así que se atragante. Para conseguir que coma la verdura y la carne, hemos descubierto que la mejor opción es preparárselo todo en una sopa, que contenga fideitos, verduras y la proteína que queramos… ¡le encanta! Come como un campeón y nosotros tan contentos.
Creo que el secreto está en que con el caldo de la sopa le es más fácil tragar y todo sabe mucho más gustoso, sin distinguir entre un sabor en particular, que quizás le desagrade un poco, sino que todo mezclado.
¿Cómo prepararle una sopa a tu pollito? Muy sencillo:
Pon agua a hervir, dependiendo de las raciones que quieras hacer, la cantidad de agua que tengas que utilizar. No debe quedar una sopa muy caldosa, con mucha agua, porque sino la barriga del pollito se llenará de eso, de caldo. Debe quedar solo un resto para que sea más sabrosa su comida y le sea fácil tragar.
Cuando el agua esté hirviendo pon a cocer las verduras cortadas ya en trocitos pequeños, haciendo que así la sopa se haga más rápido y todo quede bien blandito para que el bebé pueda masticarlo. Puedes utilizar muchos tipos de verduras, así le sabrá más sabrosa.
Por último, unos 5 minutos después, es hora de poner en el agua los fideitos y la carne, también cortada en trocitos muy pequeños. Agrega en ese momento también la porción de pastillita de caldo que sea necesario (es recomendable que sean pastillas ecológicas, sin añadidos raros) y deja que el agua hierva otros 5 minutos.
¡Y listo! El pollito ya puede disfrutar de una rica y nutritiva sopa.
Prueba mi método… ¡Y me cuentas! =)