Zonas peligrosas para los bebés que gatean

¿Y ahora qué? Una vez que tu bebé comienza a desplazarse, ya no hay vuelta atrás.

El estrés se multiplica por 100, y por 1000 cuando ya aprende a caminar (Te lo digo yo que estoy atravesando por ese momento).

Pero cuando el bebé comienza a gatear, surgen en la casa “puntos negros”, habitaciones, rincones o cajones de los que desconocíamos su peligro en contacto con nuestro pollito. Así, de repente, nos damos cuenta lo peligroso que puede resultar nuestro hogar, teniéndolo que adaptar al pollito.

Así, a grandes rasgos, estos son los elementos a evitar, modificar o proteger el acceso libre al bebé:

1. Mesas. Comprueba y asegúrate que las mesas sean estables y evita utilizar manteles, de los que puede tirar tu bebé, hacer un desastre en la casa y sobre todo, lastimarse.

2. Chimeneas. ¡Qué miedito! Si es invierno, coloca una pantalla protectora de estas que no se calientan. Lo mismo con las estufas: intenta colocarlas en algún hueco de la casa al que a tu pollito le cueste llegar, para que no la toque y se queme.

3. Suelos duros. Los pobres se dan unos golpes en la cabeza… Si puedes cúbrelos con alguna alfombra y siempre comprueba que no haya clavos, astillas o trozos de baldosas sueltos.

4. Cocina. ¡Es el espacio más peligroso y el que más le gusta! Si fuese por Gael, viviríamos en la cocina. Comprueba hasta dónde llega cuando se pone de pie y mueve todos los elementos peligrosos hacia los estantes de arriba. Coloca cierres de seguridad donde estén todos los productos de limpieza. Intenta que no esté por la cocina cuando estés cocinando, por riesgo a que se queme.

5. Puertas. ¡Cuidado! Cada vez que abres o cierras la puerta tu bebé puede estar detrás (vamos, casi siempre lo está). Así que abre y cierra muuy despacito y sobre todo coloca topes si quieres mantener la puerta abierta.

6. Escaleras. Fundamental colocar una valla de seguridad. Le encantará la escalera, y le apasionará jugar a subirla y a bajarla. Hay que dejarle siempre claro que no puede jugar en los escalones e intentar desviar la atención del pollito para que no la encuentre atractiva.

7. Plantas. ¡Pobres plantitas! Los pollitos son su mayor depredador una vez que comienzan a menearse. Intenta que no las rompa, ni que se coma la tierra. Muchas son venenosas o pueden tener hongos o parásitos.

8. El baño. ¡Qué asquito! Le encantará mirar el báter, o hacerse con la escobilla. Mantén siempre la puerta cerrada y vigila que no entre si tu atención.

¿Y tú? ¿Cuáles son las zonas peligrosas de tu bebé? ¿Qué has hecho para protegerlo?

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